las calles nocturnas
de aquel pueblito marino
en absoluta soledad
Recordar
en cada esquina
los abrazos antes dados
y las palabras
resonando
aún en el canto
de los loros
Escucharse decir
"¡Nos vemos en otro árbol!"
verse ir
como paloma equivocada...
y la carta que nunca llega
esa espera eterna,
la vida que pasa
y Micaela.
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